Uno de los influencers colombianos es Armando Ortiz, quien es conocido como ‘El Mindo’, quien, aunque ahora lleva una cómoda vida llena de lujos, recientemente contó a sus seguidores cómo se ganaba la vida antes de ser un famoso.
Recordemos que en la mayoría de las historias de los influencers, estos comienzan llevando una vida contraria a la que crean después de volverse reconocidos y empezar a generar ingresos gracias a las redes sociales.
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Inclusive, hemos visto cómo los famosos cuentan que antes de la vida de lujos, dinero, viajes y excentricidades, fueron niños que sufrieron carencias económicas. El Mindo es uno de esos casos, quien de hecho contó en sus redes sociales en qué trabajó antes de ser uno de los generadores de contenido más populares de Colombia.
A través de un video, el vallecaucano recordó y se refirió a lo que hacía antes de ser influencer, comentando que vendía lechona con su familia; y que de hecho gracias a este oficio fue que se dio a conocer.
De hecho uno de sus videos más recordados es en el que El Mindo mostró a sus casi 10 millones de seguidores en Facebook e Instagram cómo se prepara la delicia culinaria referente del departamento del Tolima.
En aquél momento, visiblemente conmovido, el influencer comentó: “Bienvenidos a este get ready with me, alistándonos para hacer lechona, una de las tantas cosas que yo hice antes de convertirme en creador de contenido digital. La lechona es un plato auténtico de la cocina colombiana y mi papá la ha preparado por más de 25 años y con ella nos sacó adelante, nos dio estudio”.
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Ahora, en este video, el colombiano recordó que si quería ganar dinero extra para poder salir, debía ayudar en la preparación de lechonas para ayudar a su familia, ya que con las ganancias del negocio familiar pudieron estudiar él y su hermana.
El Mindo comentó que: “mi papá con esta lechoncita la preparaba, hizo el gran esfuerzo y nos metió a mi hermana y a mí a una universidad privada. Ahí estudiaba comunicación, mi hermana ingeniería y pues era una matrícula muy costosa para mi papá y la pagaba a punta de lechonas”.
“Parce, cuando uno preparaba lechón y le echaba todos estos menjurjes, uno quedaba oliendo a cebolla y ajo por ahí cinco días”, dijo jocosamente.
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