La visita de la presidenta de la Cámara de Estados Unidos, Nancy Pelosi a Taiwán, desató la furia de China, a tal punto de que antes, durante y después de sus horas de estadía en la que el país oriental considera una “provincia rebelde”, la potencia mundial desplegó un fuerte operativo militar.
“La presidenta de la Cámara de Representantes de EE UU., Nancy Pelosi, insistió en visitar Taiwán sin tener en cuenta las graves preocupaciones y la firme oposición de China, interfiriendo gravemente en los asuntos internos de China, socavando gravemente la soberanía y la integridad territorial de China, pisoteando gravemente el principio de una sola China y amenazando gravemente la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán”, indica un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
“En respuesta a las acciones perversas y provocativas de Pelosi, China ha decidido imponer sanciones a Pelosi y su familia inmediata”, reseña.
La molestia de China escaló a medidas comerciales en contra de Taiwán, al punto de que recientemente se conocieron sanciones orientadas a la restricción de las importaciones de cítricos, brotes de bambú congelados y dos tipos de pescado, así como la exportación de arena hacia la isla.
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Sin embargo, las medidas han procurado no tocar la relación comercial a nivel tecnológico, ya que Taiwán y China tienen uno de los acuerdos más sólidos del mundo en cuanto a transferencia de tecnología y fabricación.
Cabe señalar que China y Taiwán se separaron en 1949 como consecuencia de una guerra civil, sin embargo tienen fuertes vínculos comerciales, ya que en Taiwán se fabrican los chips que las compañías chinas ensamblan en sus productos electrónicos, y son piezas fundamentales para estos.
Acerca de los datos específicos, durante el 2021 el comercio entre China y Taiwán incrementó en un 26%, llegando a los 328.300 millones de dólares. Con este nivel de dependencia comercial, China debe mantener el guante de seda con Taiwán, ya que cualquier reacción de la isla podría afectarle de manera significativa.
Debido a esto, el dirigente chino se limitó a tomar medidas que solo tocan la agricultura y a los pequeños fabricantes del país, que principalmente se encuentran en el sur de la isla. Además, esta región tiene un amplio caudal electoral hacia la presidenta Tsai Ing-wen, por lo que con estas medidas China busca además afectar la imagen de la lider, de cara a las elecciones de noviembre próximo.
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Según el Consejo de Agricultura de Taiwán, este veto comercial afecta principalmente a las empresas productoras de té, frutos secos, miel, granos de café y cacao, condimentos, dulces y vegetales, así como a las capturas de unos 700 barcos pesqueros.
Al respecto, el economista independiente chino Hong Hao, dijo en conversación con SCMP que “sancionar a Taiwán es como mover una piedra y dejarla caer sobre su propio pie, además de profundizar las divisiones entre las dos partes”.
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