Un reciente estudio de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard junto a la Universidad del Sur de California, la Universidad de Groningen y la Escuela de Negocios de Columbia, determinó la relación entre la situación emocional de las personas y su capacidad económica.
Para lograrlo, realizaron una serie de experimentos descritos en la revista Social Psychological and Personality Science, en la que plasmaron que los picos de pobreza y escasez financiera guardan relación directamente proporcional con los niveles más altos de angustia en la vida diaria; es decir, mayores ingresos equivalen a menor estrés.
Según el estudio, “el dinero reduce el estrés intenso: no hubo una diferencia significativa en la frecuencia con la que los participantes experimentaron eventos angustiosos; sin importar sus ingresos, registraron una cantidad similar de frustraciones diarias. Pero aquellos con ingresos más altos experimentaron una intensidad negativa menor de esos eventos”.
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Sin embargo, esto no deja de lado el hecho de que la felicidad en sí misma es un concepto y sentimiento subjetivo, es decir, cada quién tiene un significado distinto, dependiendo de la personalidad, pero para todos se traduce en bienestar.
De acuerdo con el profesor de Harvard Jon Jacimowicz, las personas que se enfocan en la felicidad que trae el dinero, dejan de lado muchos aspectos, pero es importante pensar en preocupaciones de las que nos puede liberar tener una situación económica estable.
Para Jacimowicz, “el dinero puede brindar calma y control, permitiéndonos comprar nuestra salida de baches imprevistos en el camino, ya sea una pequeña molestia, como esquivar una tormenta pidiendo un Uber, o una preocupación mayor, como manejar una cuenta de hospital inesperada”, destaca.
Es decir, según la conclusión de la investigación, si bien el dinero no puede serlo todo, ayuda a las personas a evitar muchos problemas que causan estrés u otras situaciones a nivel psicológico. De acuerdo con el estudio, el dinero da tranquilidad.
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Para realizar el estudio, se rastreó la actividad de 522 personas y sus respuestas emocionales ante situaciones cotidianas, a lo que observaron que aquellas personas que tenían más ingresos sentían que tenían más control sobre los eventos negativos y eso redujo su estrés, y se sintieron más capaces de lidiar con los problemas que pudieran surgir, según reseñó un artículo de ‘ViveUSA’, donde se publicó la investigación.
De acuerdo con los resultados del análisis, las personas cuyos ingresos son más altos están más satisfechas con sus vidas. Sin embargo, el estudio aclaró que “no es que la gente rica no tenga problemas, pero tener dinero te permite arreglar los problemas y resolverlos más rápido”.
“Las personas pobres deberían sentir que también tienen cierto control sobre sus vidas. ¿Por qué es un lujo que solo nos damos a los ricos? Tenemos que estructurar organizaciones e instituciones para empoderar a todos”, concluye el hallazgo.
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